El hornazo es una empanada típica de Salamanca, que se
come el “Lunes de Aguas”. Se trata de
una empanada de embutido, que contiene carne, lomo, chorizo, jamón y huevo. El
elemento principal de todo buen hornazo que se precie son los ingredientes. El
jamón, el chorizo y el lomo son los protagonistas de la receta, que se realiza
de forma totalmente artesanal.
El hornazo puede tener forma redonda, cuadrada o rectangular, por lo general con adornos en la parte superior. Debido a la textura de su masa, mucho más densa que la de una empanada gallega, por ejemplo, el momento óptimo para comerlo es dos días después de su realización, manteniéndose en buenas condiciones hasta una semana después. Es por ello un alimento que se ha generalizado en meriendas y ocasiones especiales, desmarcándose así de ser solamente una comida típica de Cuaresma.
El hornazo puede tener forma redonda, cuadrada o rectangular, por lo general con adornos en la parte superior. Debido a la textura de su masa, mucho más densa que la de una empanada gallega, por ejemplo, el momento óptimo para comerlo es dos días después de su realización, manteniéndose en buenas condiciones hasta una semana después. Es por ello un alimento que se ha generalizado en meriendas y ocasiones especiales, desmarcándose así de ser solamente una comida típica de Cuaresma.
Es común que las familias
salmantinas coman el Lunes de Aguas un hornazo preparado en casa, aunque cada
vez con más asiduidad se puede comprar en establecimientos, con elaboración
industrial.
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